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11/07

Agencias de calificación ESG en la mira de los expertos

Conflictos de interés al evaluar y asesorar al mismo tiempo, además de divergencias entre las clasificadoras figuran como los grandes retos que enfrenta el mundo de la medición de la sostenibilidad.

Los inversores de todo el mundo confían cada vez más en las agencias de calificación ESG, que se han vuelto influyentes para guiar las decisiones de los inversionistas, advierte un artículo publicado en Financial Times escrito por Julian F Kölbel, de la Universidad de St Gallen; Florian Berg, de MIT Sloan School of Management  y el profesor Roberto Rigobon, de MIT, coautores de Aggregate Confusion: the Divergence of ESG Ratings.

Sostienen que “a medida que el negocio de la calificación ha crecido genera disrupciones y los reguladores de ambos lados del Atlántico están preparando nuevas reglas”. El primer problema, y más fácil de solucionar, dicen, son los conflictos de interés. Algunas agencias también ofrecen servicios de consultoría a las empresas que califican sobre cómo mejorar sus puntajes y “los reguladores deben prohibir esta práctica para garantizar la imparcialidad y la confianza”.

El segundo problema, que no es tan fácil de arreglar, dicen, es que «las calificaciones rivales a menudo proporcionan evaluaciones divergentes de la misma empresa, lo que genera confusión” y agregan que hay razones legítimas para no estar de acuerdo que deben reforzarse, pero otras deben eliminarse. Una razón legítima es la variedad de objetivos. Algunos enfatizan la materialidad del impacto, que evalúa la contaminación en función de su daño ecológico. Otros se concentran en la materialidad financiera, por lo que la contaminación es una preocupación solo si genera costos para la empresa. Esta diferencia fundamental obviamente conducirá a diferentes resultados de calificación.

El análisis de los académicos es tajante al señalar que “un fondo gestionado con una calificación centrada en la materialidad financiera no debe comercializarse como sostenible. El problema es que tanto los usuarios de las calificaciones ESG como los propios calificadores no discriminan claramente entre estos objetivos. Es conveniente tenerlo en ambos sentidos: hacer el bien por el medio ambiente y al mismo tiempo hacerlo bien financieramente. Pero mezclar estos dos objetivos en una calificación oscurece las compensaciones potenciales y puede comprometer el logro de cualquiera. La solución es una mayor transparencia sobre lo que busca medir una calificación y la metodología detrás de ella”.

En el futuro, los reguladores no deberían intentar sincronizar las metodologías de calificación ESG. Es importante mantener un mercado competitivo, sostienen los expertos. «El enfoque debe estar en estandarizar la divulgación de ESG corporativo para algunas métricas centrales que sustentan todas las calificaciones. Esto cambiaría el negocio de las agencias de calificación de la recopilación de información no estandarizada y voluntaria a la interpretación de datos disponibles para todos», añaden.

«El futuro de las agencias de calificación ESG depende de la acción regulatoria para establecer informes estandarizados para las empresas y mantener un mercado competitivo que promueva la calidad y la eficiencia. Hacer hincapié en la transparencia, abordar los conflictos de intereses y refinar las metodologías ayudará a que las calificaciones ESG sirvan mejor a los inversores y a la sociedad en general en un panorama que cambia rápidamente», sentencian.

https://www.ft.com/content/e9eaa11a-31e0-4f60-9a65-b6883546e8da
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