Se trata de los aspectos más importantes de la gestión sostenible que empresas y reguladores están incorporando en sus decisiones estratégicas y financieras en Estados Unidos, los que fueron analizadas por la misión público privada que acudió a ese país. "Estamos convencidos que el ESG no es opcional, sino la única forma de tener un ecosistema de negocios sostenible", advierte la gerente general, Paula Estévez, en el documento.
El Environmental, Social y Governance (ESG) ha sido el eje central de Amcham este 2023 y en ese contexto es que acaba de lanzar el documento «Misiones, público privadas, ESG 2023» con las 10 tendencias que están marcando la pauta sobre el tema en Estados Unidos y que las empresas en Chile debieran tener en cuenta.
«En nuestra misión vimos cómo las empresas estadounidenses han puesto el ESG en el centro de su estrategia de negocio y, además, cómo esto las ha hecho más productivas y rentables, haciendo sus negocios más sostenibles en el tiempo», sentencia la gerente general de la cámara chileno norteramericana de comercio, Paula Estévez, en el informe que busca posicionar a Chile como un actor importante en el avance de los objetivos de sostenibilidad.
Una delegación público-privada viajó a Washington D.C y Atlanta (GA) para conocer cómo se vive la tríada de letras allá, las inversiones, finanzas verdes, los gobierno corporativo, regulaciones y desafíos. «Tuvimos la oportunidad de conocer de primera fuente las tendencias, identificando cómo las empresas, los reguladores y las organizaciones de la sociedad civil, están incorporando los criterios ambientales, sociales y de gobernabilidad en sus decisiones estratégicas y financieras», dice el documento que identifica 10 tendencias de los tres ejes ESG.
Es uno de los desafíos más importantes y complejos y una gran oportunidad para las empresas que pueden estable- cerse como líderes transparentes de la descarbonización hacia el Net Zero, dice Amcham. Admite que durante la misión fueron testigos de una «corriente» que está repensando los negocios, «remodelando sus propósitos e incluso cambiando su oferta de productos y servicios, adaptándolos a un relato donde el cambio climático aparece como un problema que necesita solución y transformando dichos productos y servicios como principales agentes para frenar y abordar su avance».
Su avance ha sido lento debido a la falta de acciones concretas y la continua degradación de los recursos naturales. Por eso, sostiene Amcham, para alcanzar un futuro equitativo y en armonía con la naturaleza, es imperativo que las estrategias ESG consideren prioritariamente la biodiversidad, uniendo esfuerzos para preservar la integridad de los ecosistemas y evitar su fragmentación y destrucción. Destaca el concepto nature positive o positividad hacia la naturaleza, el cual implica que las empresas no solo deben reducir su impacto, sino también contribuir activamente a la regeneración de ecosistemas.
Según Amcham el ecoblanqueamiento tiene dos consecuencias: engañar a los consumidores y ninguna mejora con respecto a la reducción de los gases de efecto invernadero y al cambio climático.
«Es evidente a nivel global la presencia del greenwashing, lo que genera una creciente preocupación sobre cómo se puede contrastar y verificar la divulgación de información por parte de los stakeholders. En la actualidad, las penalizaciones por proporcionar información falsa o engañosa son cada vez más severas, lo que ha llevado a las empresas a ser más cautelosas y responsables en la comunicación de su desempeño ESG», dice el documento.
«En las conversaciones con empresas estadounidenses, observamos una evolución del concepto de diversidad e inclusión hacia el enfoque más amplio conocido como DEI (diversidad, equidad e inclusión). En este contexto, la delegación pudo apreciar cómo las organizaciones visitadas reconocen la existencia de brechas sociales arraigadas y entienden que para abordarlas de manera efectiva se requiere implementar políticas de equidad», dice Amcham.
Las empresas con un sólido desempeño ESG tienen ventaja en la atracción y retención de talento a medida que más trabajadores comiencen a elegir empleadores que coincidan con sus valores, sentencia.
La gestión ESG requiere un cambio cultural que involucre a todos los actores, desde la alta dirección hasta los colaboradores, pasando por los proveedores, los clientes y la sociedad en general. Amcham admite que es evidente la importancia que se le está dando a la educación y la formación en el ámbito ESG en Estados Unidos. «La divulgación y la sensibilización son herramientas esenciales para avanzar. Informar de manera clara y transparente sobre las prácticas y los resultados en términos de medio ambiente, responsabilidad social y gobierno corporativo son fundamentales para generar conciencia y compromiso, señala.
Según Amcham uno de los desafíos en la implementación de prácticas ESG es la cadena de valor. «Es necesario establecer criterios claros y exigentes para seleccionar y evaluar a los proveedores. Esto implica fomentar la transparencia y la rendición de cuentas en la cadena de suministro, asegurando que los proveedores cumplan con estándares éticos y sostenibles», agrega.
“Sin gobernanza no podemos hablar de la E ni la S”, fue respuesta que recibió la misión al preguntar por la G. «Se debe a la necesidad de garantizar la transparencia, la responsabilidad y el cumplimiento de las normativas legales y éticas en todas las áreas de la organización, lo que da muestra de cómo en la cultura americana esta es un aspecto implícito y fundamental para todas las organizaciones y es considerado como punto de partida en sus operaciones», señala.
La misión observó la tensión que surge entre el avance de la agenda ESG europea, la cual está estrechamente ligada a la regulación y al cumplimiento normativo y la norteamericana, que tiende a basarse más en la autorregulación por parte de las empresas. «Esta divergencia plantea un desafío interesante en cuanto a cómo estas corrientes pueden coexistir en el futuro en Chile, que observa constantemente ambas corrientes. Así, mientras Europa busca establecer estándares claros y obligatorios, Estados Unidos fomenta la adopción voluntaria de prácticas responsables que han proliferado con mucha fuerza a nivel global», explica Amcham.
Al igual que en Chile los estándares SASB y TSCFD, han permeado de manera significativa la agenda empresarial, plantea el documento al admitir eso sí que en las conversaciones surgió también la Science Based Targets (Objetivos Basados en la Ciencia) como una referencia sería para definir metas y adoptar compromisos. «Estas tres siglas debieran resonar en la toma de decisiones de las em-presas en Chile, siendo guías y referentes para las empresas en su camino hacia un futuro sostenible», señala Amcham.
Amcham constató en terreno la importancia de contar con un buen estudio de materialidad en el desarrollo de una sólida estrategia ESG. Lo que permite identificar los temas relevantes, determinar las áreas prioritarias de acción y realizar un análisis comprendiendo las expectativas y preocupaciones de los diferentes actores involucrados en la empresa.
«Consumidores, colaboradores e inversores de todo el mundo exigen que las empresas actúen en temas que van desde el cambio climático a los derechos de los trabajadores o la desigualdad racial. ¿Cómo pueden las empresas equilibrar los imperativos de maximizar el valor para el accionista, abordar las cuestiones ESG y demostrar empatía y capacidad de respuesta a los puntos de vista diversos y emergentes de los clientes y los inversores?», es la pregunta clave dice la organización.
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