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27/07

Economía mundial es cada vez menos circular: 7,2% en 2023

Más del 90% de los materiales que se usan en el mundo "se desperdician, se pierden o no están disponibles para su reutilización durante años, encerrados en existencias duraderas, como edificios y maquinaria", dice el informe The Circulary Gap Report 2023, realizado por Circle Economy, una organización de impacto global centrada en la economía circular.

El aumento de la extracción de materiales ha reducido la circularidad global del 9,1 % en 2018 al 8,6 % en 2020 y  al 7,2 % en 2023. «Esto deja una enorme brecha: el mundo depende casi exclusivamente de materiales nuevos», advierte el informe The Circulary Gap Report 2023, realizado por Circle Economy, una organización de impacto global centrada en la economía circular.

Según esto, más del 90% de los materiales que se usan en el mundo «se desperdician, se pierden o no están disponibles para su reutilización durante años, encerrados en existencias duraderas, como edificios y maquinaria».

Usar menos, usar más, volver a usar y limpiar son los cuatro principios de la economía circular, que «es mucho más que reciclar», advierte el estudio que propone 16 soluciones circulares que se centran en principios que pueden conducir a un fuerte descenso de la extracción de materiales vírgenes (usar menos) y a utilizar mejor y durante más tiempo, así como cambiar los combustibles fósiles por energía renovable y eliminar  los materiales tóxicos.

La economía circular es un sistema económico en el que se eliminan los residuos, todo se utiliza en su mayor valor posible, durante más tiempo. Sistema alimentario, entorno construido, productos manufacturados y consumibles y movilidad y transporte, son los cuatro sectores en los que según The Circulary Gap Report debe concentrarse el planeta para revertir la actual situación y limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 grados.

La realidad de cada uno

El estudio se hace cargo de los contextos locales, nacionales y comerciales de los distintos países para lograr la transformación. «No es igual en todo el mundo: algunos países necesitan reducir radicalmente
la extracción y el uso de materiales, mientras que otros estabilizarlo o incluso aumentarlo», sentencia.

 

Advierte que los países de ingresos más altos, consumen la mayoría de los materiales del mundo y sobrepasan masivamente muchos de los límites planetarios, por lo que deben centrarse en reducir el consumo excesivo y aligerar su impacto sobre el medio ambiente. Los de renta media, tienen un  consumo que ha ido aumentando y  algunos están llegando a un punto de saturación, deben estabilizar y optimizar su consumo material para
maximizar el bienestar de la sociedad. Las naciones menos desarrolladas utilizan menos de una décima parte de los materiales de los países y tendrían que centrarse en la construcción de infraestructura y la provisión de bienestar, aunque para ello tengan que aumentar su huella material.

Según el informe  es indispensable que en esta tarea se sumen políticos y dirigentes y es vital tener una visión común de los aspectos principales de una economía circular. Sentencia además que «cada año hemos superado los límites ambientales seguros del planeta.  Explica que se han roto cinco de los nueve «límites planetarios» clave que miden la salud ambiental en la tierra, el agua y el aire»: Contaminación química, cambio climático, extensión de tierras agrícolas, ciclos de nitrógeno y fósforo, pérdida de biodiversidad.

«Una economía circular podría revertir esto al reducir la extracción y el uso global de materiales en un tercio.  Esto suena como una gran tarea, pero podemos lograrlo si integramos soluciones circulares globales clave».

Las soluciones

La agricultura ahora ocupa aproximadamente la mitad de la superficie habitable del planeta. Es responsable de un tercio de las emisiones globales de GEI y del 70% de las extracciones de agua dulce accesibles a nivel mundial. A medida que crece la población debemos adoptar formas más inteligentes de producir y promover alimentos con un menor impacto ambiental; mejorar la gestión del transporte y el almacenamiento; reducir la necesidad de fertilizantes tóxicos, combustibles para calefacción y transporte, reduciendo en última instancia las emisiones y el uso de materiales, y mantener la agricultura regenerativa tradicional.

La construcción contribuye en un 40% a las emisiones globales y pierde oportunidades de reciclaje. Por eso, la demanda es a diseñar edificios circulares y equiparlos con soluciones de energía limpia; reutilizar materiales; favorecer productos orgánicos como la madera sobre el acero y el hormigón y maximizar el reciclaje para reducir la necesidad de materiales vírgenes.

Los impactos del sistema industrial provienen de dos factores principales: la escala de producción (y consumo) y los propios procesos de producción. Este sistema abarca una amplia gama de productos y materiales, como acero (y otros metales), papel y cartón, productos químicos, textiles y plásticos, lo que impulsa el cambio del sistema terrestre y aproximadamente un tercio de las emisiones globales de GEI. Lo que se propone es priorizar la fabricación textil natural y local; compras responsables; sustitución de materiales, refabricación, actualización y reutilización de bienes y una colaboración más estrecha dentro y entre industrias.

Los sistemas de transporte actuales consumen gran cantidad de materiales y muchos combustibles fósiles. La propuesta es privilegiar bicicletas y viajes compartidos y aumentar el teletrabajo; incentivar el uso de tranvías, autobuses y trenes urbanos al mismo tiempo que se crean ciclovías y centros urbanos libres de automóviles; minimizar los viajes aéreos personales, especialmente en regiones con la mayor demanda como América del Norte, Europa y Asia; apuntar a un transporte público 100% eléctrico y un 50% de automóviles privados eléctricos.

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