Estudio revela que más del 70% de las empresas ya cuentan con un CSO o equivalente, y que la gobernanza de descarbonización, ahora está integrada en los niveles más altos de la empresa. Además, más del 50% de las instituciones ha aumentado su personal o creado nuevos roles para apoyar la estrategia de sostenibilidad.
El sector financiero está experimentando un cambio estructural en su liderazgo hacia la sostenibilidad: el 45% de las empresas encuestadas ahora cuenta con un Chief Sustainability Officer (CSO), triplicando la cifra de hace dos años, según The Road to Net-Zero: How Financial Firms Are Approaching and Accelerating the Transition to a Low-Carbon Future. Este incremento refleja una transformación en la forma en que las instituciones abordan el desafío climático, integrando la sostenibilidad en sus estrategias empresariales al más alto nivel.
El informe, elaborado por Deloitte y el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), analiza cómo las entidades financieras están enfrentando el reto de la descarbonización. Basado en una encuesta a 135 ejecutivos de 40 países y entrevistas en profundidad con 30 líderes del sector, el estudio identifica 10 hallazgos clave y presenta un modelo de madurez para evaluar la transición hacia net-zero.
El documento destaca que las instituciones financieras que han asumido compromisos formales con el net-zero muestran una mayor preparación para abordar los desafíos climáticos. El CEO de IIF, Tim Adams, y la presidenta global de Deloitte, Sharon Thorne, enfatizan en la introducción del informe que la industria financiera debe liderar la transición, no solo en la reducción de sus propias emisiones (Alcances 1 y 2), sino también en la financiación y aseguramiento de actividades con alto impacto de emisiones (Alcance 3).
La adopción de estrategias de net-zero implica cambios profundos en la estructura organizacional y en la toma de decisiones. El estudio revela que más del 70% de las empresas ya cuentan con un CSO o equivalente, y que la gobernanza del net-zero ahora está integrada en los niveles más altos de la empresa. Además, más del 50% de las instituciones ha aumentado su personal o creado nuevos roles para apoyar la estrategia de sostenibilidad.
El acceso a talento calificado sigue siendo un reto. Las habilidades más demandadas incluyen conocimientos en modelado de riesgos climáticos, análisis de datos ESG y comprensión de tecnologías emergentes para la descarbonización.
Las empresas financieras también están lanzando productos específicos para facilitar la transición de sus clientes. Un cuarto de las entidades encuestadas ya ofrece soluciones dirigidas a los sectores de energía, petróleo y gas, bienes raíces y transporte. Estos incluyen bonos verdes, financiamiento vinculado a la sostenibilidad y préstamos con tasas preferenciales para proyectos de energía renovable.
En cuanto a la gestión de riesgos, los equipos de riesgo han sido rápidos en integrar el análisis climático en sus marcos de trabajo, pero todavía existen brechas significativas. Solo el 3% de las firmas encuestadas confía plenamente en su capacidad para evaluar los riesgos climáticos de clientes individuales, lo que sugiere la necesidad de mayor estandarización y acceso a datos confiables.
Uno de los mayores obstáculos en la transición hacia net-zero es la calidad y disponibilidad de los datos. Solo el 5% de las empresas cree que su información es completamente precisa o completa. La mayor dificultad radica en la medición de las emisiones de Alcance 3, que representan la mayor parte de la huella de carbono de las entidades financieras, pero dependen de la información que sus clientes proporcionan.
Para superar estas barreras, las empresas están explorando soluciones como el uso de datos proxy, herramientas de inteligencia artificial y metodologías de contabilidad de carbono. Adicionalmente, iniciativas como la Alianza Financiera de Glasgow para el Net Zero (GFANZ) buscan establecer estándares comunes para la recopilación y reporte de datos ESG.
El informe también subraya la importancia de la cooperación entre el sector financiero, reguladores y otros actores clave para acelerar la transición. El 90% de las empresas encuestadas considera que los grupos de trabajo industriales y las iniciativas colectivas han sido efectivas en la búsqueda de soluciones conjuntas.
La falta de claridad sobre términos como «greenwashing» y la heterogeneidad en los marcos normativos dificultan la implementación de estrategias uniformes y la comparabilidad de resultados, coinciden los sondeados.
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