En esta video columna, el co fundador y gerente general de Manuia, Daniel Vercelli, cuenta cómo vivió, desde Dubái, la COP 28. Este es su análisis de vuelta en Chile. Matices más o menos, cree que el mundo hoy, sin duda, «es un poco mejor que hace dos semanas».

Las COP, dice, «no son una línea de meta en si misma, si no que una partida para el siguiente ciclo». Por eso, a su jucio, la pregunta es «cómo estaríamos sin esta cumbre y sin este mecanismo». Admite que es entendible  la frustración de algunos que quizá no se avance a la necesidad y ambición que se requiere, pero se logró «martillar» un texto tras muchas negociaciones, frustraciones, idas y vueltas, que marca varios hitos.

Destaca que por primera vez se hace mención de manera explícita a los combustibles fósiles. Esta «transicion way» es buena. ¿Es suficiente? no. ¿Es algo impensado hace poco tiempo? Sí. Y, desde ese punto de vista, lo considero positivo».

Como importante marca la meta de carbono neutralidad al 2050, además del compromiso de triplicar energías limpias y duplicar la eficiencia energética al 2030, poner en la agenda la reducción de emisiones de gas metano y la movilización en torno a mejorar la agricultura y la alimentación, responsables del 30% de los gases de efecto invernadero.

«Por el lado de los compromisos financieros, se movilización mas de US$ 87 billones de dólares para financiar soluciones de mitigación y adaptación y el más diverso grupo de stakeholders firmó una declaración para mantener vivo el 1,5ºC, lo que genera un loop de ambición que se retroalimenta.