Diálogos Sostenibles
30/07

«Demostrar que la sostenibilidad es rentable y parte de la estrategia a largo plazo ha sido crucial para ganar convencimiento»

En su despedida como gerente general de Acción Empresas, Marcela Bravo repasa el proceso de incorporación de los criterios ESG al núcleo de la gestión corporativa y subraya el reto pendiente de llevar estas prácticas a las pequeñas y medianas empresas.

Esta es la última entrevista de Marcela Bravo como gerenta general de Acción Empresas. El 4 de agosto asume Constanza Pantaleón y comienza una nueva etapa de esta ONG que lleva 25 años con el foco puesto en mejorar la vida de las personas y del planeta a través de la sostenibilidad empresarial en Chile.

Marcela Bravo ha estado al mando los últimos 7 años. Y a partir del lunes seguirá aportando  desde otras veredas. «Después de una década de carrera ejecutiva, quiero dedicar más tiempo a mi familia y explorar nuevos desafíos como directora de empresas. Continuaré en el directorio de Arauco y participando en proyectos de sostenibilidad, pero con mayor flexibilidad para seguir aprendiendo y aportando», cuenta en este Diálogos Sostenibles de ESGHOY.

Tras siete años al frente de Acción Empresas, ¿cómo resumirías esta etapa y qué balance haces de tu gestión?

Cuando llegué a Acción Empresas, la organización tenía un sólido historial de proyectos sociales, pero había mucho por hacer en materia ambiental. Como referentes del World Business Council for Sustainable Development en Chile, teníamos una gran oportunidad pendiente. Lo primero fue diseñar un plan estratégico claro: identificar desafíos en lo social, ambiental y de gobernanza, definir programas con inicio y fin, establecer indicadores de desempeño y fomentar la colaboración con el sector público, la academia y la sociedad civil. Así logramos enfocar nuestras propuestas de valor hacia las necesidades reales de las empresas socias.

¿Qué cambios has observado en las compañías durante este tiempo?

El mayor avance ha sido integrar la sostenibilidad en el corazón de la gestión empresarial. Pasamos de considerarla un «extra» o un «pepe grillo» a reconocerla como parte esencial del negocio. Inversionistas exigen información ESG, las cadenas de suministro se vuelven estratégicas y la sociedad presiona por mayor transparencia. Este escenario obligó a los líderes a asumir la sostenibilidad como un factor de mitigación de riesgos y de generación de valor a largo plazo.

 ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo para que las empresas incorporen la sostenibilidad al core del negocio?

Transformar el mindset. Cambiar procesos requiere inversión, aprendizaje y, en ocasiones, reinventar el modelo de negocio. Implementar economía circular o gestionar servicios ecosistémicos implica repensar la relación con proveedores y comunidades. Demostrar que la sostenibilidad es rentable y parte de la estrategia a largo plazo ha sido crucial para ganar convencimiento y compromiso.

Respecto a los líderes, ¿cuál es tu diagnóstico del liderazgo hoy en las compañías?

Hay líderes ejemplares que conocen en profundidad su entorno, dialogan con sus colaboradores y conectan con la comunidad. Su convicción ha permitido transformar culturas organizacionales. Sin embargo, en muchas pymes y empresas medianas falta aún convencimiento y presión externa. Por eso es fundamental fomentar la colaboración entre grandes, medianas y pequeñas, y fortalecer las cadenas de valor locales.

¿Cómo has abordado la relación con las regulaciones recientes, como la ley de delitos económicos o la norma de derechos humanos?

En Acción Empresas participamos activamente en los debates regulatorios para asegurar que las leyes se ajusten a la realidad empresarial. Una vez aprobadas, promovemos entenderlas como herramientas de mejora continua, no como un «checklist». Incorporarlas al control de gestión y usarlas para gestionar mejor la organización ha permitido a muchas empresas anticiparse y adaptarse con éxito.

En cuanto a la colaboración con el Estado, ¿cómo ha sido su experiencia?

Trabajamos en estrecha colaboración con ministerios y agencias técnicas, aportando datos académicos y experiencia empresarial. Hemos participado en la estrategia de biodiversidad, en mesas de economía circular, en fórums de finanzas sostenibles y en comités para acelerar la transición socioecológica. Esta relación ha fortalecido tanto a las políticas públicas como a las empresas socias.

De cara al futuro, ¿qué objetivos ves para los próximos siete años de Acción Empresas?

Mi ambición es consolidar una plataforma colaborativa que vincule a pymes, emprendimientos e innovación con las grandes empresas. Además, aprovechar las nuevas tecnologías, especialmente la inteligencia artificial, para orientar a las compañías en su camino hacia la sostenibilidad.

 

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