El año pasado marcó un punto de inflexión para la compañía. Entre decisiones estratégicas complejas, una robusta estructura de gobernanza ESG y nuevas inversiones en agua, tierras raras y energías limpias, reafirma su posición en sostenibilidad industrial en Chile.
Grupo CAP cerró el 2024 como un año de transformaciones. Junto con asumir el cese de operaciones en la icónica planta de Huachipato, se consolida en nuevos negocios como tierras raras y avanza en su estrategia climática y de descarbonización.
“Iniciamos una nueva etapa de crecimiento, basada en la transición energética y la consolidación de un portafolio sostenible”, escribió el presidente Juan Enrique Rassmuss en su carta de la Memoria Integrada 2024.
El gerente general, Nicolás Burr, enfatizó que “la resiliencia mostrada nos permite avanzar hacia una minería y siderurgia más limpia, eficiente y consciente del entorno donde operamos”.
En el reporte, el grupo afirma que reforzó su modelo de gobernanza con una estructura específica para la sostenibilidad, incluyendo comités como el de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad, y el Subcomité de Acción Climática y Descarbonización.
Esta red de gobernanza, dice, garantiza la implementación efectiva de la Hoja de Ruta ASG 2030 y su alineación con la estrategia de negocios.
La gestión de riesgos también evolucionó. Identificaron tres áreas críticas: sostenibilidad financiera, cambio climático y continuidad operacional. Estas prioridades fueron monitoreadas con evaluaciones semestrales y auditorías tanto internas como externas.
En 2024, CAP aprobó su Roadmap de Descarbonización, que establece una meta clara: reducir un 31% las emisiones de CO₂ en los alcances 1 y 2 para 2030. Además, firmó contratos con Atlas Renewable Energy y AES Andes que permitirán operar con energía 100% renovable desde 2026.
La compañía también respondió por primera vez los cuestionarios del Carbon Disclosure Project (CDP) sobre cambio climático y agua, consolidando su compromiso con la transparencia ambiental y la medición de impacto.
La inversión social del grupo superó los US$ 4,6 millones de dólares, con foco en educación, empleabilidad, cultura, medioambiente y pueblos originarios. El 84% de los trabajadores de CAP son locales y el 35% de los cargos de liderazgo están ocupados por mujeres.
La Compañía Minera del Pacífico (CMP), una de sus principales filiales, fortaleció el diálogo con la comunidad a través de portales y mesas tripartitas, asegurando la trazabilidad de reclamos y sugerencias.
La protección del capital natural también ocupa un lugar central. CAP implementó un sistema de gestión ambiental basado en riesgos y comenzó a operar SAP EHS para mejorar la trazabilidad de compromisos ambientales. Se reforzó la conservación de ecosistemas marinos y terrestres, incluyendo la gestión del recurso hídrico como eje estratégico de sostenibilidad.
Durante el año se implementó una nueva Política de Lineamientos ASG para Proveedores, que exige estándares ambientales, sociales y de ética empresarial, desde la prohibición del trabajo infantil hasta la promoción de la integridad y libre competencia en toda la cadena de valor.
Frente a un entorno global exigente y dinámico, la compañía apuesta por la innovación con propósito y la creación de valor compartido.
“La sostenibilidad no es un desafío, es una oportunidad”, reafirma Juan Enrique Rassmuss en su carta a los accionistas.
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Por:
Catalina Allendes E.
