Para reducir las emisiones de CO2 se requerirán inversiones por US$ 4 billones anuales para 2030. La adaptación al cambio climático podría costar US$ 340 mil millones a ese mismo año. Morgan Stanley desmenuza las áreas que más impacto y oportunidades abren a los inversionistas.
Un artículo del Instituto para la Inversión Sostenible de Morgan Stanley admite que el financiamiento puede marcar una diferencia significativa en el cambio climático y la biodiversidad. Soluciones sostenibles, comprobadas, como la descarbonización, transición energética, innovación e infraestructura para proteger a las comunidades vulnerables, figuran como potenciales oportunidades.
Morgan Stanley identificó cuatro áreas prioritarias para los inversionistas, donde “tendrán el mayor impacto y las que necesitan más financiamiento”.
Aquí las reproducimos:
Gran parte de la reducción de las emisiones de CO2 que se necesita hasta 2030 puede provenir de tecnologías que ya están en el mercado, como las energías renovables y los vehículos eléctricos, pero se necesita un despliegue masivo de estas soluciones. La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que satisfacer esa demanda se requerirán US$4 billones en inversiones anuales para 2030.
Las finanzas sostenibles a través de los mercados de acciones y bonos pueden impulsar una gran expansión en el diseño, fabricación y adopción de vehículos eléctricos para llegar a los 230 millones estimados al 2030.
Construir un mundo neto cero requerirá una transformación económica y tecnológica significativa y las empresas en sectores más intensivos en carbono deberán financiar la transición a modelos más sostenibles.
Las finanzas innovadoras pueden proporcionar incentivos para el cambio. Un ejemplo: A principios de año la compañía de infraestructura energética Enbridge (petróleo crudo, gas natural y combustibles renovables) emitió un bono vinculado a la sustentabilidad de US$ 3 mil millones, que incentiva a la empresa a reducir las emisiones operativas en un 35 % para 2030.
Invertir en soluciones comprobadas no será suficiente por sí solo. Las instituciones públicas y privadas deberán desarrollar, escalar e implementar nuevas innovaciones de sostenibilidad. La AIE estima que casi la mitad de las reducciones de emisiones de CO2 después de 2050 deberán provenir de tecnologías que actualmente se encuentran en la fase de prototipo.Se necesitan nuevas capacidades de almacenamiento de baterías para garantizar el acceso confiable a la electricidad; las tecnologías de captura, utilización y almacenamiento de carbono a gran escala son importantes para seguir eliminando C02. La comercialización de combustible de hidrógeno bajo en carbono es necesaria para abordar las emisiones en sectores difíciles de reducir y en todas las cadenas de valor.
La adaptación al cambio climático podría costar, según las Naciones Unidas, hasta US$ 340 mil millones al año para 2030, pero la financiación actual asciende a menos de US$ 40 mil millones al año. La inversión en alianzas entre los sectores público y privado será crucial para reducir esta brecha.
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