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15/01

«Nos falta mucho para lograr que la industria nacional sea más agresiva en eficiencia energética»

En conversación con ESGHOY, el profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial en la Universidad de Florida, Cristián Cardenas-Lailhacar (Ph.D.), advierte sobre la imperiosa necesidad de generar más programas colaborativos entre instituciones del estado, la empresa privada, agencias nacionales e internacionales, y la preparación de personal calificado que trabaje en todos los sectores que utilizan energía en el país.

La educación, como «piedra angular», la colaboración gobierno-empresa privada y la subsidiaridad con la participación de universidades y centros técnicos son, a juicio del experto y académico chileno, Cristián Cardenas-Lailhacar, las claves para mejorar la eficiencia energética en Chile.

El profesor de ingeniería mecánica y aeroespacial en la Universidad de Florida (UF), USA, y que ha realizado más de 340 auditorías a industrias en América Latina y Estados Unidos, incluyendo a la NASA en Cabo Cañaveral, conversó con ESGHOY sobre los desafíos del país para ser más eficiente en el uso de la energía.

Dice que uno de los  factores importante es el de las ideas que conducen a la innovación. Esto significa pensar fuera de la caja, “out of the box”. «Seguir haciendo lo mismo, esperando que haya algún cambio o mejora, no nos llevará a ninguna parte», señala. Advierte que las capacitaciones para la industria serán relevantes.

«Pensando para el futuro, diría que la educación será la clave que despertará el apetito intelectual y la imaginación de nuestros futuros profesionales, los que pronto serán parte de la solución a los problemas de cambio climático y eficiencia energética del país y del planeta», sentencia.

Cristián Cardenas-Lailhacar estuvo en Chile  en el marco del Programa de Transferencia de Corfo Maule 4.0: agroindustria para el desarrollo circular (PROYECTO 23PDT246820), cuyo objetivo es expandir la oferta y diversidad productiva de un conglomerado de empresas agroindustriales hortofrutícolas de la Región del Maule.

¿Cual es la receta para lograr que la eficiencia energética sirva para enfrentar los riesgos del cambio climático?

No hay una receta única, una «silver bullet» como se dice en inglés. Pero lo que sí nos tiene que quedar claro es que el cambio climático se debe fundamentalmente a la intervención del hombre con su tecnología y desarrollo industrial.  La eficiencia energética viene a disminuir justamente el uso de la energía tanto eléctrica como térmica o de otro tipo y, en este sentido disminuir las emisiones. En cuanto a una receta esta no existe, especialmente para Chile, debido fundamentalmente a su geografía y a su distribución en el uso en las regiones. Al momento de establecer políticas, si bien es cierto algunas pueden estar a nivel de país, como lo son las certificaciones de equipos más eficientes en su uso, no es menos cierto que lo que funciona en la primera y segunda región del país no va a tener el mismo impacto en otras. La distribución cambia, me refiero a la industria, la minería, el sector comercial, público y residencial, y ciertamente el transporte.

¿Cómo ve a Chile y en especial a las empresas en el tema de la eficiencia energética?

Ha avanzado bastante. En febrero del 2010 se estableció el Ministerio de Energía. Antes del 2010 se creó el programa país de eficiencia energética y a partir del 2010 se cerró para dar paso a la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE), la primera en su género en América Latina. La agencia, la que tuve el honor de ser su primer director ejecutivo, hoy continua su trabajo y es conocida como la Agencia de Sostenibilidad Energética (ASE).

En el área de las empresas, y si bien es cierto aquí podemos hacer muchas distinciones, hay varios programas que se han instalado a través de la ASE, CORFO, Seremías, etc. Sin embargo, nos falta mucho para lograr que la industria nacional sea más agresiva en la búsqueda de oportunidades de eficiencia energética, la que a la vez le permitirá producir más con menor uso de energía, aumentar su productividad, reducir desechos mediante el uso de economía circular, y ciertamente reducir emisiones. Estas razones más otra gran variedad de ellas para que la industria nacional sea más competitiva, especialmente aquella que está involucrada con exportación de productos de tipo agropecuario, por ejemplo.

Y agrega:

Todo esto conlleva a la imperiosa necesidad de más programas colaborativos entre instituciones del estado, la empresa privada, agencias nacionales e internacionales, y la preparación de personal calificado que trabaje en todos los sectores que utilizan energía en el país. Ideas que se propusieron en el 2010, hoy se van materializando con la Ley de Eficiencia Energética, la que considera aspectos relevantes como el que algunas industrias deben tener entre sus ingenieros, a uno cuya especialidad sea Eficiencia Energética. Tenemos que movernos más rápido.

Educación a todo nivel… y desde Kinder

¿Y cuáles son los desafíos para nuestro país en esta materia?

Tienen que ver con capacitación y programas que preparen ingenieros y personal técnico calificado para apoyar a los sectores que utilizan energía en el país. También es importante considerar a los encargados de tomar las decisiones que afectarán al uso de la energía y medio ambiente en el país, y su compromiso real con estos importantísimos temas. Los que los elegimos no estamos exentos de responsabilidad. Es importante que hagamos esfuerzos por comprender cómo funciona nuestro planeta (y otros), de lo que sabemos bastante poco aún. Claramente, educación a todo nivel desde el Kinder hasta la educación técnica y profesional serán, me atrevo a decir, la receta, la silver-bullet, que nos ayude a superar los desafíos de hoy y del futuro en materia de energía y eficiencia energética.

¿Qué falta para ponernos a la altura de países avanzados en esta materia?

Me parece que lo que más nos hace falta, más que compararnos con países desarrollados, es el aprender que es lo que han hecho, por qué lo han hecho, las lecciones aprendidas, lo que no ha funcionado, etc. Sin embargo, lo más importante me parece es el comprender que los llevó a establecer los programas que los han ayudado a impulsar su economía y su industria que queremos emular, para de allí construir una infraestructura y programas más acordes con la realidad nacional.

¿Qué modelo deberíamos mirar para avanzar en una eficiencia energética más robusta?

Este es un punto muy importante. Más que mirar modelos, hay que materializar las ideas que nos lleven a uno nacional con un sabor regional. Son las ideas que podemos aprender de países desarrollados las que nos ayudarán a avanzar, pero no es menos cierto que Chile necesita sus propias ideas y políticas de eficiencia energética, las que deben cumplir no solo con la necesidad de ser robustas, sino que también sustentables, de fácil acceso para todos, a precios razonables, y amigables con el medio ambiente.

Esto ya es parte de la política energética de Chile y está enunciada en los pilares del ministerio de Energía.  Pero a mi parecer faltan programas, proyectos, educación escolar, técnica, y universitaria, entre otras, para que estos pilares tengan el efecto que nos permita avanzar. Mucho hemos hecho en renovables, un caso ejemplar son los parques de energía fotovoltaica y eólica, pero estos hablan sectorialmente de la generación, pero no de su uso. El hecho de que las energías sean renovables no significa que sean gratis. Es decir, los usuarios, los costos de la energía, la productividad de nuestras empresas dependerá en gran medida de los costos que la generación de potencia tendrá junto a la transmisión y distribución.

«Necesitamos una carrera de ingeniería en energía»

A nivel académico, ¿hace falta que estos temas permeen más en la educación de los profesionales del futuro?

Claro que sí. Y esta educación debe partir, sin exagerar, desde la preescolar hasta la universitaria y técnica. Algo de esto se hace, pero hoy cuántos colegios, liceos, institutos de educación preuniversitaria o pre técnica imparten cursos de energía y/o eficiencia energética. Es más, en varias universidades se imparten maestrías que de alguna manera están enfocadas a la eficiencia energética, como por ejemplo len mecanismos de desarrollo limpio y eficiencia energética de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y la Pontificia Universidad Católica de Chile, entre otras. Sin embargo esto es a nivel de post grado y la necesidad es anterior. De la misma manera esto en realidad lo que indica es que necesitamos una carrera de ingeniería en energía hoy que prepare a los profesionales del futuro que serán parte de la solución a los problemas energéticos de emisiones y de cambio climático que enfrenta nuestro planeta y ciertamente Chile.

 

 

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