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Seis aspectos claves a tener en cuenta para invertir en ODS

La holandesa Robeco elaboró un documento para inversores en el que detalla los aspectos a considerar y las oportunidades de negocio detrás de los objetivos de la ONU. Sentencia que "los ODS proporcionan un modelo para los inversionistas sostenibles".

En la Encuesta sobre el Clima 2022 realizada por la empresa de gestión de activos holandesa Robeco,  alrededor del 18% de los inversionistas dijo dar alta prioridad a alinear sus carteras con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. El 22% reconoció hacerlo, pero con menor prioridad y otro 40% lo hará en los próximos dos o tres años.

Para el estratega de Robeco, Juan Anton van Zanten, «los ODS proporcionan un modelo para los inversionistas  sostenibles y esta encuesta muestra que muchos los están utilizando para ese propósito».  En este contexto es que la holandesa elaboró un documento para inversionistas con las «Seis cosas que deben saber sobre los ODS», que aquí te detallamos.

UNO. Oportunidad de negocio

«Lograr los objetivos conduce a diversas oportunidades de negocios,  significa invertir en empresas cuyos productos y servicios pueden hacer que avancen. Desde hacer accequible las telecomunicaciones en áreas remotas hasta desplegar instalaciones de atención médica y construir nuevas escuelas para una población más amplia», dice el documento.

Ejemplifica también con los sectores industrial y financiero: «que son ricos en empresas que pueden contribuir al ODS 9 (industria, innovación e infraestructura), desde la construcción de puentes en zonas antes inaccesibles hasta financiamiento a las pymes».

Las empresas solares o eólicas están contribuyendo claramente al ODS 7 (energía limpia y asequible) y al ODS 13 (acción por el clima), al tiempo que generan un retorno claro en los flujos de ingresos por la venta de electricidad, sostiene. Otros sectores son bastante obvios como contribuyentes, pero los retornos son más difíciles de cuantificar: materiales educativos para escuelas  en el  ODS 4 (educación de calidad) o una empresa que trabaja activamente para promover a las mujeres en roles de liderazgo (ODS 5, igualdad de género).

DOS. Acercarse a objetivos propios

Los ODS son 17 objetivos con 169 metas. Robeco los clasifica en cinco categorías: cambio climático,  gobernanza,  necesidades básicas,  empoderamiento y  capital natural. Y sostiene que muchos inversionistas prefieren seguir un tema (o segmento) en lugar de un ODS en particular, lo que genera oportunidades dentro de cada segmento o tema, y los ayuda a cumplir sus propios objetivos.

Para cambio climático, la energía renovable es un género de inversión por derecho propio y abarca el ODS 7 (energía limpia y asequible) y el ODS 13 (acción por el clima); lograr una mayor igualdad y diversidad, particularmente en el lugar de trabajo, está cubierto por el empoderamiento y gobernanza que contribuye al ODS 5 (igualdad de género); invertir en empresas que proporcionen alimentos nutritivos, contribuyen al 2 (hambre cero); quienes suministran medicamentos asequibles al 3 (buena salud y bienestar); brindar acceso a la educación impulsa el ODS 4 (educación de calidad); y aquellos que potabilizan el agua contribuyen al ODS 6 (agua potable y saneamiento).

El último, preservar el capital natural, ha llevado a un creciente interés en los bonos verdes, títulos de deuda emitidos principalmente por gobiernos, municipios y ONG para financiar proyectos ambientales. Como tales, pueden contribuir al ODS 14 (vida submarina) y al ODS 15 (vida terrestre). También ha aumentado el interés en proteger la biodiversidad y reducir los impactos adversos en los ecosistemas.

TRES. No es lo mismo que integración ESG

Robeco afirma que invertir en empresas que contribuyen a los objetivos es una forma de inversión de impacto y es totalmente diferente de la integración ESG, «que se centra en evitar los riesgos financieros que surgen de un desempeño deficiente en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza», sostiene.

Según la gestora las puntuaciones de los ODS pueden identificar qué empresas se espera que tengan un impacto negativo significativo y cuáles no y las calificaciones ESG son mucho menos capaces de cumplir estos objetivos. «El uso de la integración ESG para descartar el cuarto inferior del universo invertible todavía deja mucho espacio para invertir accidentalmente en empresas que se encuentran en listas de exclusión», sostiene.

Al centrarse en inversiones en energía limpia, agua sostenible y atención sanitaria, que cubren algunos de los desafíos de sostenibilidad más urgentes, Roberto advierte que la mayoría de las empresas incluidas en esos fondos tienen puntuaciones ODS muy positivas, sin embartgo sus calificaciones ESG suelen ser medias o incluso malas. «Entonces, si bien priorizar las puntuaciones positivas de los ODS en una estrategia de inversión ayuda a identificar a los líderes en sostenibilidad, las calificaciones ESG no lo hacen, son complementarias.

CUATRO. Identificar contribuciones

Las empresas pueden contribuir al logro de los ODS fabricando productos u ofreciendo servicios que ayuden a alcanzar uno o más de los 17 objetivos.  ¿Cómo medir esas contribuciones con fines de inversión? En 2018, Robeco se convirtió en uno de los primeros gestores de activos en desarrollar un marco de inversión centrado exclusivamente en el impacto que las empresas tienen en sus objetivos. Utiliza una metodología de tres pasos:

PASO 1:¿Qué produce la empresa? Los analistas miran lo que
la empresa fabrica o suministra para determinar si esto contribuye positiva o negativamente a los ODS relevantes, utilizando umbrales e indicadores clave de desempeño específicos.

PASO 2:¿Cómo lo produce la empresa? Cómo se producen estos bienes y servicios y si estas empresas promueven los ODS en sus operaciones, o si hay aspectos negativos de las aparentes buenas intenciones, como una mala gobernanza.

PASO 3:¿Se ha equivocado la empresa? Se realizan comprobaciones para ver si
la empresa se ha visto involucrada en controversias, como incidentes de contaminación, corrupción o venta indebida de servicios.

Luego se asignan puntuaciones para evaluar el impacto general de una empresa. Estos van desde +3 (muy positivo) hasta -3 (muy negativo). Las empresas con puntuaciones +2 o +3 pueden incluirse en estrategias dirigidas a los ODS. Las  de menor rango también pueden ser consideradas para estrategias específicas, incluida una que apunta a empresas en el rango -1 a +1 para colaborar con ellas para mejorar. Las empresas con puntuaciones muy negativas, como -2 o -3, pueden ser eliminadas del universo de inversión de la estrategia en cuestión.

CINCO. El compromiso

Algunas empresas que ya contribuyen a los ODS realizan inversiones atractivas. Pero ¿qué pasa con aquellos que contribuyen parcialmente o con aquellos que podrían hacer una contribución mucho mayor con un pequeño empujón? Ahí es donde entra en juego el compromiso, dice Robeco, que incorpora en sus inversiones a aquellas empresas que tienen asignadas puntuaciones medias, pues ofrecen la mayor oportunidad de mejora y, con ello, el mayor potencial para generar un impacto.

SEIS. Mejorar para alcanzar los objetivos

A más de seis años de lanzados los objetivos de la ONU «no se ha comprometido suficiente capital público o privado para cumplir todas las metas antes de la fecha límite de 2030», dice Robeco.

Las  estimaciones de la ONU hablan de entre US$ 5 y US$ 7 billones al año, lo que representa entre el 7% y el 10% del PIB mundial y entre el 25%  y el 40% de la inversión global anual.  Hoy  sólo alrededor de la mitad de esa cantidad está siendo invertida por organizaciones públicas y privadas. El déficit de financiamiento es de US$ 2,5 a US$ 3 billones al año.

Una solución ha sido promover oportunidades de negocio. Se podrían vender energías renovables o medicamentos a personas que antes no tenían acceso a ellos. Una estimación sugirió que esto podría significar hasta US$ 12 billones por año y que se podrían crear 380 millones de nuevos empleos, particularmente en proyectos relacionados con la lucha contra el cambio climático.

 

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