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27/07

Siete pilares para una gestión efectiva de un líder empresarial

“Es un hecho indiscutible que la reputación del CEO es fundamental para el desarrollo del negocio y que repercute, positiva o negativamente, en la consecución de los objetivos corporativos. Al ser uno de los intangibles más preciados para las compañías, estas deben gestionarlo de forma estratégica para que genere valor a la empresa”, advierte la consultora Estrategia de Comunicación al delinear el trabajo que debe realizarse.

Cada vez está más comprobada la importancia de tener un buen líder en la empresa. “Las palabras y las acciones del CEO impactan en la compañía tanto interna como externamente”, advierte una publicación de la consultora Estudio de Comunicación.

“Es un hecho indiscutible que la reputación del CEO es fundamental para el desarrollo del negocio y que repercute, positiva o negativamente, en la consecución de los objetivos corporativos. Al ser uno de los intangibles más preciados para las compañías, estas deben gestionarlo de forma estratégica para que genere valor a la empresa”, agrega .

Por eso es que,  según la publicación “es inevitable plantearse y dilucidar ciertas cuestiones cómo: ¿debo ir a este tipo de eventos o no?, ¿debo estar presente en las redes sociales o no?, ¿en cuáles?, ¿debo posicionarme públicamente sobre una crisis que está sufriendo el sector o no?”.  Y todo, “debe abordarse de forma planificada, según el tipo de compañía (local, nacional o internacional), los objetivos corporativos (si pretende cotizar en Bolsa, adquirir otra compañía, dar el salto a otro país…) y el perfil del CEO, entre otros”, agrega.

Aquí los siete pilares que describe Estudio de Comunicación para “una gestión efectiva de la reputación del líder:

  1. Valorar si la comunicación debe ser activa o reactiva: lo primero que debe analizar la compañía es si debe apostar por visibilidad amplia o limitada de su CEO. Y esto dependerá de los objetivos empresariales. Según el tamaño y la influencia de la entidad, a veces es imposible limitar su presencia en los medios y en las redes. Y, en muchas ocasiones, no es recomendable. La voluntad del CEO o de su equipo directivo de mantener un perfil bajo no debe repercutir en los intereses de la compañía. En líneas generales, no hay que evadir la exposición mediática ni tampoco improvisarla, sino planificar los hitos más importantes y gestionar la comunicación de forma proactiva de la información que debe publicarse.
  2. Tener en cuenta el pasado del CEO: todos tenemos un pasado -político, religioso, familiar, de posicionamiento ante ciertos temas controvertidos, como usuarios de productos…-  y, según la compañía que esté liderando en ese momento, ese pasado puede tener un impacto o no. Además, es fundamental ser conscientes de que cualquier discurso pasado puede volver a publicarse. Todo está en internet. Por eso, a la hora de diseñar una estrategia de comunicación, es fundamental realizar un perfil completo en el que estén presentes sus fortalezas y debilidades. A veces, es inevitable que los medios/redes quieran publicar los aspectos más llamativos -y negativos- de su vida, pero siempre se puede llevar a cabo una estrategia y unas acciones que permitan aminorar de manera paulatina el impacto mediático.
  3. Todo se puede aprender: hay muchos directores que se lamentan porque sus CEO no son capaces de dirigirse correctamente a sus stakeholders, o no se atreven a participar en un premio, o no quieren acudir a un evento importante…Dentro de la planificación inicial, es importante valorar las actitudes del CEO y aquellas habilidades que debe adquirir con el tiempo. Para ello, existen multitud de guías y cursos ad hoc, realizados por expertos, que permiten fomentar sus capacidades comunicativas y trabajar aquellas que suponen una barrera.
  4. Su proyección pública debe estar alineada con el posicionamiento de la compañía: Para ello, es fundamental definir los pilares de la comunicación, de manera que todas sus intervenciones pivoten sobre ellos y se puedan vincular a la marca. Hay que evitar caer en contradicciones o errores que puedan derivar en una crisis reputacional.
  5. Comunicación planificada en sus redes sociales: En la mayoría de los casos, los directivos deben tener un perfil actualizado en las redes sociales ya que son unas herramientas muy poderosas para la estrategia de comunicación. Como la barrera entre lo personal y lo profesional se diluye en estas plataformas (al mismo tiempo eres padre de familia numerosa y CEO de una multinacional), es importante trabajar la elaboración del perfil, en línea con la imagen de marca y con los requisitos de esta plataforma. Por eso, la planificación de los contenidos es fundamental ya que las opiniones personales pasan a ser un statement de la compañía en cuestión de minutos. Por otro lado, en la mayoría de los casos no es necesario que esté en todas las redes sociales, sino que debe elegir la más adecuada según la estrategia, la naturaleza de sus productos y el canal más utilizado por sus stakeholders.
  6. Participación en jornadas, eventos y en foros públicos: A través de un plan de relaciones institucionales realizado por expertos, el CEO debe cuidar y mantener su agenda de contactos, algo clave para la creación de futuras sinergias. Según el tipo de compañía, será más aconsejable que esté solo en aquellos eventos de primer nivel -junto a sus homólogos de otras compañías- o de nicho concreto (si la compañía se quiere posicionar en sostenibilidad, en innovación, en igualdad…). La dirección de la Comunicación, junto a otros directivos de la empresa relacionados con el acto concreto, valorarán si es clave la presencia del CEO o es preferible que sea sustituido por otro directivo/portavoz.
  7. El papel del CEO en las crisis: El CEO puede tener un papel decisivo ante la opinión pública. Debe estar preparado y contar con una comunicación planificada y estratégica, algo que le permitirá ser un buen comunicador, capaz de conectar con los stakeholders a través de su discurso. Es habitual ver como muchas empresas, cuyos CEO no cuentan con este bagaje, tienen que trabajar la comunicación de forma precipitada cuando sucede la crisis (el CEO debe aprender rápidamente a ser un buen portavoz, trabajar sus perfiles en las redes sociales, responder a los medios de comunicación…). Pero en las crisis, las primeras horas son fundamentales para responder de manera eficaz, posicionar el mensaje de la compañía y evitar que terceros hablen por nosotros.
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