Con directorios más involucrados y una mayor adopción de memorias integradas, las empresas chilenas avanzan hacia una gestión más estratégica de la sostenibilidad, revela KPMG Chile en su Estudio que advierte además que persisten brechas en comparabilidad y trazabilidad de los datos.
La quinta edición del Estudio de Transparencia ESG 2025, elaborado por KPMG Chile, confirma que las empresas nacionales están dando pasos firmes hacia una reportabilidad más regulada, estratégica y vinculada a la gestión de riesgos. Sin embargo, la investigación también advierte una menor comparabilidad entre reportes y una baja verificación externa, lo que aún limita la trazabilidad de la información ESG divulgada.
Según el informe, Chile vive una transición desde la reportabilidad voluntaria hacia un cumplimiento regulado, impulsada por la Norma de Carácter General N°461 y su actualización NCG 519, que alinean los requerimientos locales con los estándares NIIF S1 y S2 del ISSB.
Este cambio ha favorecido una mayor integración de los riesgos ESG en la gestión corporativa y una participación más activa de los directorios en la supervisión estratégica de estos temas.
«Estamos viendo una transición clara desde la voluntariedad hacia el cumplimiento regulatorio. La entrada en vigor de la Norma de Carácter General N°461 y su actualización N°519 marcó un antes y un después en la forma de reportar sostenibilidad en Chile», señala Karin Eggers, socia líder de ESG en KPMG Chile.
El estudio evidencia un crecimiento sostenido del formato de memorias integradas, que alcanza un 97,8% de adopción en 2025, consolidándose como el principal medio de comunicación ESG de las grandes empresas chilenas. Este avance está estrechamente vinculado a las exigencias de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), que promueve la divulgación integrada de información financiera, estratégica y de sostenibilidad.
«Este avance va más allá de lo regulatorio: representa una mejora en la calidad de la información disponible para inversionistas, analistas y ciudadanos. Habla de una madurez que integra la sostenibilidad al centro del negocio», comenta Gabriela Izquierdo, gerenta de ESG en KPMG Chile.
Sin embargo, el análisis también advierte una disminución en el uso de marcos internacionales como el GRI, con una baja de 15,8 puntos porcentuales en la Muestra I y 5 puntos en la Muestra II respecto de 2024. Esta tendencia refleja una mayor orientación hacia el cumplimiento normativo que hacia la rendición de cuentas voluntaria.
El 75,3% de las empresas de la Muestra I ha integrado los riesgos climáticos en su gobernanza, lo que demuestra una madurez creciente en la gestión climática y una alineación con las expectativas del mercado y la regulación.
Aun así, solo el 18,8% de las compañías de la Muestra II declara contar con verificación externa de sus reportes ESG, lo que limita la trazabilidad y confianza de la información divulgada.
Aunque la normativa obliga a implementar las NIIF S1 y S2 recién en 2027 (por el ejercicio 2026), solo el 4,5% de las empresas encuestadas ya las aplica de forma anticipada. Según el estudio, estas pioneras aún presentan desafíos para monetizar los riesgos y oportunidades ESG, especialmente en sus cadenas de valor.
Para KPMG Chile, los resultados 2025 reflejan una etapa de madurez regulatoria, donde la sostenibilidad comienza a consolidarse como componente estructural de la estrategia empresarial. No obstante, el desafío está en avanzar hacia una transparencia efectiva y comparable, sustentada en datos verificables y coherentes con los compromisos corporativos.
«Más allá de los reportes, la transparencia ESG se está transformando en un lenguaje común entre empresas, inversionistas y sociedad. Ese es el cambio más relevante de esta década», acota Eggers.
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