Diálogos Sostenibles
03/04

ALAS20: «Muchas empresas tienen una estrategia de sostenibilidad, pero no en paralelo a la de negocios»

Hay todavía un gap para poder tener un plan de negocio sostenible, dice la directora ejecutiva de la Agenda Líderes Sostenibles, que nació en Chile en 2014, para relevar prácticas ESG. En pleno proceso de votación del ranking 2024, Diana Rubinstein habla de cuánto han avanzado y dónde están los desafíos de las compañías ¿Movimiento Anti ESG? "Un sin sentido. El argumento parece desvanecerse un poco", dice.

Diana Rubinstein es la directora ejecutiva de ALAS20, la Agenda de Líderes Sustentables, que nació en Chile en 2014, al alero de Govenart, empresa de asesoría en temas ESG, y que hoy se encuentra en pleno proceso para destacar a aquellas compañías 2024 que son altamente percibidas en términos de sustentabilidad.

La votación abierta, que involucra compañías de Chile, Brasil, Colombia, México y Perú,  es hasta el 15 de abril tras lo cual, las destacadas, pasan a una evaluación técnica.  «El primer input es la percepción del mercado, que es fundamental, y el segundo es analizar cómo lo están haciendo en verdad», explica Rubinstein.

Govenart se hizo signatario de los Principios de Inversión Sustentable (PRI) en 2013, «año en que estos temas estaban muy arraigados en una mirada filantrópica de la sostenibilidad, en línea con la Responsabilidad Social Empresarial, muy disociado con lo que es la estrategia de negocios de la empresa, alejada de la mirada de creación de valor de cara al mercado», advierte la experta.

En ese contexto es que deciden crear una agenda para líderes.

¿Cómo ha sido la evaluación de las empresas chilenas desde el 2014 hasta ahora?

Desde esa fecha hasta ahora hay un planeta de diferencia. Se ha desarrollado exponencialmente. Todavía queda mucho por hacer, sin duda, pero incluso en organismos como el PRI hubo mucho asombro de cómo avanzó Chile. Sobre todo desde el año 2018 en adelante, cuando se suma a estos principios el primer inversionista, Moneda.

¿Estamos en una segunda etapa entonces? ¿Es más complejo avanzar?

La primera etapa, desde el mundo de los inversores y empresas, fue el qué es, de qué hablamos cuando decimos ESG, quizá algunas empresas se encuentran aún en esa fase. ¿Esto sólo es filantrópico? ¿O tiene impacto en la gobernanza de mi negocio? En esta segunda fase, lo importante es el cómo, cómo hacerlo de manera robusta, contundente, que permita proteger el valor de la organización para que sea sustentable.

Transparencia y gestión

¿Qué tan complejo es?
Siento que todavía no hay mucha diferencia entre algunas empresas y otras. Desde nuestra mirada, la regulación está impulsando mucho la transparencia, entonces quizá hay avance en torno a eso, a tener mayor información divulgada, por la 461 de la CMF, pero sin embargo son menos empresas las que realmente lo están haciendo de manera estratégica.

¿Mucho dato y no tanta gestión? ¿Esa es la deuda?

Sí. Diría que sí. Hay todavía un gap para poder tener una estrategia de negocio sostenible. Muchas empresas tienen una estrategia de sostenibilidad, pero que va en paralelo a la de negocios. Nos falta que la estrategia de negocios de las empresas sea sostenible, que tenga incrustado estos factores, en su gestión de riesgo, en la gobernanza , en las metas.

¿Y cómo se puede producir ese cambio que se requiere?

Un super impulsor, un driver, es el inversionista, que se siente en la mesa con la empresa, que le explique el indicador que publicó, que debe ir acompañado de una reseña de cómo la compañía lo está viendo de manera estratégica  y no solamente como indicador.

Teñido de política

¿Cuál es tu evaluación del movimiento Anti ESG que está ocurriendo en Estados Unidos?

Lamentablemente dado que en Chile tenemos una conexión bastante arraigada con ese país, que puede ser muy positiva en algunos aspectos, para este caso, desde mi mirada, no lo es, acá ha llegado más que a otros mercados, que están más conectados con la mirada europea, donde no hay tal  conflicto. Creo que está muy teñido de un escenario político, muy polarizado y eso ha gatillado que agarre más fuerza aún.

La verdad es que desde nuestra expertice, parece un sin sentido, porque si uno dice bueno, finalmente, se trata de sostener a una organización, lograr que sea sostenible en el mediano y largo plazo. Eso se logra, de alguna manera ,observando, mirando y gestionando los temas socioambientales y de gobernanza , ESG. No es un carril independiente. Cuando hablamos de ESG hablamos de un lenguaje que se formula, no sólo, pero sobretodo, con una mirada de cara al mercado de capitales, donde todo este mundo de criterios se llevó a una sistematización, por temáticas, para gestionarlo, medirlo, tener metas.

Si uno quiere desmenuzar el movimiento anti ESG, diría que es anti sostenibilidad, con todo el respeto que merezcan las diferentes opiniones. Estamos hablando de factores que permiten identificar temáticas, de una forma quizá más cuantitativas, pero estamos hablando de aquello que permite la sostenibilidad, entonces el argumento parece desvanecerse un poco.

 

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